{"id":326,"date":"2018-02-10T14:40:20","date_gmt":"2018-02-10T19:40:20","guid":{"rendered":"https:\/\/lanuevabagatela.com\/?p=326"},"modified":"2020-05-10T14:44:04","modified_gmt":"2020-05-10T19:44:04","slug":"a-head-full-of-dreams","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/lanuevabagatela.com\/a-head-full-of-dreams\/","title":{"rendered":"A Head Full Of Dreams"},"content":{"rendered":"\n
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line 1 | cinema line | la Nueva Bagatela<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

Corr\u00eda el verano y su aviso de que pronto contraer\u00eda matrimonio no me cay\u00f3 de sorpresa pero tampoco como anillo al dedo. Mi hermano mayor en ese entonces era un tipo de 28 a\u00f1os con \u00ednfulas de ser un tipo gamberro y liberal, aunque en el fondo se tratase de otro conservador m\u00e1s que observ\u00f3 en el matrimonio las quimeras de una estabilidad emocional que por s\u00ed solo no era capaz de tener.<\/p>\n\n\n\n

Meses antes de ese fat\u00eddico 11 de marzo, \u00e9l se hab\u00eda visto envuelto en todos los preparativos de su boda, hab\u00eda vendido su carro a precio de huevo con tal de terminar de pagar la casa en donde su novia y \u00e9l vivir\u00edan su historia de amor como reci\u00e9n casados. Esa necesidad de buscar que el 11 de marzo como los d\u00edas venideros a esa fecha fueran lo m\u00e1s parecido a una historia de amor a lo Corin Tellado, hizo que mi hermano incluso desistiera de realizar un viaje humanitario con su grupo de investigaci\u00f3n a Nepal. Era por ese entonces un completo desconocido para m\u00ed, estaba acostumbrado a su forma desafinada de ser un tipo lleno de \u00ednfulas \u2018importaculistas\u2019, a qui\u00e9n le parec\u00eda que m\u00e1s all\u00e1 de su trabajo no exist\u00eda nada ni nadie que mereciera algo de tiempo y entrega.<\/p>\n\n\n\n

D\u00edas antes a la fecha del matrimonio me esper\u00f3 a la salida del colegio, me llev\u00f3 a jugar f\u00fatbol y a comer helado, luego m\u00e1s tarde en casa jugamos a la lucha libre y termin\u00e9 con un c\u00famulo de morados en mis brazos y piernas. Con esa forma tan infantil de demostrarle amor a un hermano, me estrech\u00f3 una caja de chicles y me convid\u00f3 uno, acept\u00e9 la oferta con la desgracia de que la caja de chicles era una trampa para ratones y mis dedos quedaron prensados. Con algo de risa \u00e9l se acerc\u00f3 a m\u00ed y me peg\u00f3 un calvazo para luego salir corriendo y encerrarse en su habitaci\u00f3n, yo lo segu\u00ed como pude pero me alcanz\u00f3 a botar la puerta de su habitaci\u00f3n en la cara.<\/p>\n\n\n\n

Lleg\u00f3 el 11 de marzo y durante nuestro \u00faltimo desayuno en casa molestamos sobre la mesa, me tir\u00f3 las servilletas en la cara y volc\u00f3 mi jugo de naranja sobre los huevos. \u00c9l, como siempre tan pesado con las bromas y tan maldito con los chistes, no paraba de re\u00edrse de m\u00ed y de decirme que era un idiota.
Perdidos en nuestros juegos, mis padres comentaban m\u00e1s entre s\u00ed que entre nosotros sobre las dificultades de llevar un matrimonio, el tema lo cambi\u00f3 mi hermano cuando par\u00f3 el juego para preguntarme sobre qu\u00e9 iba a ser cuando fuese m\u00e1s grande. Mi rostro languideci\u00f3 de inmediato, no quer\u00eda responder a esa pregunta porque pap\u00e1 y mam\u00e1 eran por ese entonces, personas terr\u00edcolas de oficina resignados con la vida que no comulgaban con mi imaginaci\u00f3n, pero como una \u00faltima muestra de fraternidad conmigo mi hermano volvi\u00f3 a cambiar de tema.<\/p>\n\n\n\n

Mi muestra de solidaridad con el matrimonio de mi hermano consist\u00eda en arreglarme una hora antes de la misa, por lo que decid\u00ed perder el tiempo que me sobraba en la internet. Pero unos ruidos que proven\u00edan de la habitaci\u00f3n de enseguida me perturbaron la calma de la procrastinaci\u00f3n, pues eran ruidos garrafales de martillazos y objetos cay\u00e9ndose al suelo. Sal\u00ed de mi habitaci\u00f3n y me acerqu\u00e9 para verificar la raz\u00f3n de ser de los estruendos, pero no era sino la estampa de un ni\u00f1o adulto empacando sus cosas y su ropa en grandes cajas como todo un anciano. Como los Darling<\/em>, mi hermano ya no volver\u00eda m\u00e1s a Neverland<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

Sentado en su cama, mi hermano hacia el engorroso trabajo de clasificar entre sus pertenencias las cosas que se ir\u00edan con \u00e9l a su vida de casado y las que no; era apenas normal el aura apesadumbrado de su habitaci\u00f3n sacudida, pues no hay trasteo que no signifique una melancol\u00eda aplazada lista a matar.<\/p>\n\n\n\n

El viento que entraba por la ventana de su habitaci\u00f3n mov\u00eda los visillos con una melancol\u00eda conmovedora, mientras los ojos de mi hermano que me observaban parado vigil\u00e1ndolo desde el pasillo, evidenciaban a un hombre contemplativo con el desorden de su habitaci\u00f3n deseando ser otra vez un cr\u00edo. Poco a poco la garganta se me iba llenando de aspavientos, eran las emociones viajando a mil por hora por la sangre, as\u00ed que me sent\u00e9 a su lado y llor\u00e9, llor\u00e9 como si \u00e9l me estuviera haciendo una maldad de aquellas en las que yo decid\u00eda ser siempre la v\u00edctima para tener la potestad de llorar bajo las naguas de mam\u00e1.<\/p>\n\n\n\n

De seguro una decisi\u00f3n como la de casarse, siempre deja a su paso da\u00f1os a terceros, bueno, pues yo era uno o me sent\u00eda uno. \u00bfAcaso hay una maldad peor que esa? \u00c9l me estaba abandonando, se ir\u00eda de la casa y todo cambiar\u00eda, me quedar\u00eda solo. Me sent\u00eda como la sombra de una figura, como la de Viktor Frankl, quien tuvo que ver c\u00f3mo lo separaban de sus familiares en los campos de concentraci\u00f3n durante la Segunda Guerra Mundial. Qu\u00e9 nivel de incierto. Claramente un matrimonio no es una c\u00e1mara de gas \u2014aunque el concepto no resulta tan alejado en s\u00ed\u2014, ten\u00eda miedo de quedarme sin \u00e9l, ten\u00eda miedo de experimentar una nueva din\u00e1mica en casa tras su ausencia pues nada ser\u00eda lo mismo.<\/p>\n\n\n\n

No me abraz\u00f3, porque es y siempre ha sido un importaculista de mierda, pero ser\u00e9 sincero, esa actitud me hizo reconocerlo m\u00e1s, me hizo sentirlo m\u00e1s. Acerc\u00f3 sus manos a una caja en la que reposaban libros y cds los cuales hab\u00edan estado antes en su estanter\u00eda, me pas\u00f3 ‘A head full of dreams’<\/em> de Coldplay, y me dijo mientras pasaba su mano por mi cabeza:<\/p>\n\n\n\n

-‘No s\u00e9 qu\u00e9 tengas en esa cabezota, pero si son sue\u00f1os, no hay nada de malo con eso, es un buen comienzo\u2026’<\/em><\/strong><\/p>\n\n\n\n

De forma inmediata levant\u00f3 la pesada caja con todas aquellas cosas, me sac\u00f3 de su habitaci\u00f3n a patadas y volvi\u00f3 a tirarme la puerta en la cara. Me qued\u00e9 con el CD y desconozco si el ni\u00f1o adulto, que era por ese entonces mi hermano, llor\u00f3 del otro lado de la puerta; pero puedo asegurar con exactitud que el ni\u00f1o que fui sigui\u00f3 llorando del otro lado por querer arreglar las cosas que todav\u00eda no entend\u00eda.<\/p>\n\n\n\n

\"Ingrid<\/figure><\/div>\n\n\n\n

Escrito por Ingrid Mart\u00ednez<\/a><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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