Quantum de Kevin McCoy fue el primer NFT en la historia (hasta ahora conocida) que se vendió por $4 dólares, pero Nyan Cat fue el NFT del que se habló de forma masiva cuando los medios de comunicación nos sorprendieron con la noticia que este pequeño meme, con el que nos encontramos en diferentes redes sociales, se vendió por medio millón de dólares.

Nadie podía creer que una imagen digital alcanzaría estos valores tan desproporcionados. (Nadie que no conozca la forma en la que funciona la economía en ‘el mundo del arte contemporáneo’).

No es broma, el artista Beeple vendió un collage de 5000 obras digitales en $69 millones de dólares. Detrás de esta obra hay 13 años de esfuerzo del artista, que a nadie le importó hasta que lo reunió en una imagen -que parece salida de Minecraft- la cual convirtió en un NFT, que se vendió por $69 millones de dólares.

Después de esto, todo podía ser un NFT y venderse por una fortuna (bueno, casi todo).

El primer Tweet de la historia por $2,9 Millones de dólares o la NBA vendiendo fragmentos de jugadas por $3.800 dólares (Las mismas que puedes encontrar en Youtube) hasta la venta de un pixel -Sí un pixel- por $1 millón de dólares.

Las redes sociales se inundaron de personas que hablaban, creaban y vendían ‘Guiño-Guiño’ NFT’s. Desde personalidades públicas hasta influencers nos saturaron de propaganda sobre estos activos digitales, generando diferentes preguntas que nunca respondieron con claridad ¿Qué es un NFT? ¿Cómo se crean los NFT? ¿Cómo se vende un NFT? Perdón si sueno repetitivo pero… ¿Qué Carajos es un NFT?

¿Qué es un NFT?

Un NFT es un acrónimo formado por las siglas de Non-Fungible Tokens, que en español traduce Token no fungible o ‘activo digital no fungible’. (Sí, nadie sabe que es fungible).

Los objetos fungibles son aquellas cosas que se pueden usar, consumir y remplazar por otra igual (de la misma calidad, tamaño o cantidad). Los objetos de producción y consumo masivo, como una cerveza de una marca particular, el IPhone 14 o un billete que esté en circulación son considerados bienes fungibles.

Por otro lado, las cosas que no se puedan remplazar y se pueden considerar únicas, las podemos entender como bienes No Fungibles. Una cerámica Muisca, un grabado de Luis Caballero o un libro de la primera edición de Cien años de Soledad autografiado por Gabo es un bien No fungible.

Si lo vemos desde el mundo digital un Token no fungible es una unidad de valor asignada dentro de un entorno que es único e irrepetible. Aunque parezca contradictorio en el mundo del Copy & Paste, se pueden construir unidades de valor únicas dentro de un entorno controlado.

Estos registros únicos se procesan dentro de una cadena de bloques que es casi imposible replicarlas. Entonces, la única diferencia entre un meme que encontraste en una red social y el mismo meme dentro de una tienda de NFT es un certificado de autenticidad registrado dentro de un sistema de Blockchain.

¿La obra es el concepto, el objeto o el certificado de autenticidad del NFT?

Son estos certificados los que hicieron que el mercado (especulativo) perdiera la cabeza, llamando a esta tecnología el futuro. Apalancados del creciente mercado de las criptomonedas, el CriptoArte digitalizó las malas practicas del mercado del arte físico, abusando de la volatilidad creciente y la ingenuidad de algunas personas.

Si llegaste aquí pensando que los NFT te sacarían de la pobreza, déjame decirte que fue el movimiento absurdo del capital que parece una euforia colectiva comparable a la compra masiva de papel higiénico al inicio de la pandemia.

Si eres Artista o simplemente tienes curiosidad por crear un activo digital que le dé la vuelta al mundo, no es necesario que te subas al anticuado engranaje del mundo del arte y sus galerías. Puedes crear una cuenta en una de las plataformas de creación y venta de NFT o crear tu propia web que cree e indexe tus NFT a estas tiendas de forma personalizada (Si tienes el conocimiento técnico para hacerlo).

Con esto, y algunas técnicas de posicionamiento orgánico, podrás empezar a competir dentro del mundo del criptoarte sin tener a los galeristas como intermediarios, solo recuerda que el mercado tiene sus reglas (algunas injustas) y que los movimientos del capital no se pueden predecir con facilidad, menos cuando estamos al borde de una (Nueva) crisis económica.